Resulta
impresionante la cantidad de matices que nos puede ofrecer la observación de
grullas a lo largo de un mismo día, todo ello sin salir de alguna pequeña zona
con presencia de la especie a lo ancho de la Zona Centro. Empezando por el hábitat
donde observaremos comiendo a las "damas grises", que pasa por una
amplia gama de substratos: encinares con siembra, pastizales o con rastrojo de cereal, cultivos
de cereal en secano, rastrojos de los mismos o barbechos, cultivos de
leguminosas, girasol y pastizales desarbolados...incluso tampoco es raro verlas
rastreando los viejos olivares tradicionales tras la recogida de la aceituna.
Otro tanto ocurre si los recursos
aprovechados por la especie son de regadío: rastrojos de arroz y maíz fundamentalmente,
pero también de tomate, altramuces, cacahuetes, todo ello completa un amplio
abanico de posibilidades para verlas en diferentes ambientes buscando alimento.
Paradoja y contradictoriamente casi los dos exclusivos cultivos que están
desaprovechados por esta y otras especies de interes: olivar intensivo y
frutales, ahora proliferan peligrosamente en la zona, y sin duda esto afectara
al futuro de las grullas en la comarca, además la declaración de ZEPAS, ZIR's,
LIC y otras "figuras" de protección no conlleva ningún paraguas para
estos territorios de cara a esta u otras especies igualmente afectadas por las
grandes expectativas frutícolas y olivareras de la zona.
Si queremos verlas salir o entrar de sus
dormideros, la amalgama de posibilidades también es grande, fundamentalmente lo
hacen en arrozales fangueados, opción que cada vez tienen más fácil (al menos
la presente invernada) con las abundantes aguas caídas que encharcan las
parcelas y les hace fácil a los agricultores el fangueo, labor que además de
quitarlas a ellas uno de los pocos recursos que no produce rechazo social,
las empuja hacia otros donde son sistemáticamente
molestadas y expulsadas como son las dehesas y las siembras de cereal.
Charcas, colas de
embalses, incluso amplios terrenos despejados también pueden ejercer de
dormitorio para las grullas, cada vez menos, por las notables molestias que
sufren por parte de una legión de paseantes, ciclistas, pescadores, cazadores, y nuevamente a pesar del paraguas que debieran
significar las "figuras" de protección, no existen refugios de caza,
ni zonas restringidas de paso en sus dormideros, ni ninguna medida que las
ampare fuera del pretendido reclamo turístico que como la gallina de los huevos
de oro, desaparecerá de tanto quererla y tan poco cuidarla.
La climatología y el
régimen diario de la especie también ofrecen mil matices en marcos
incomparables donde se encuadran las grullas, la mañana puede salir envuelta en
una espesa niebla, donde estas aves simulan ser sigilosos fantasmas a la vera
de las carreteras o caminos, ese mismo día puede surgir una enorme luna al
amparo de la cual se alimentan nuestras protagonistas, y finalmente asistir a
un fabuloso paso al dormidero en un atardecer rojizo como el fuego.
Feliz Navidad querido Grullero Mayor, ójala en los años próximos tus lecciones cambien de signo y cuenten y canten del respeto generalizado y del sentido común expandido, no solo hacia ellas, sino a la Tierra que nos acuna, nos alimenta y nos soparta. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarFeliz Navidad también para ti, tus familiares y amigos. Maravilloso que se cumplan tus deseos sobre el respeto y sentido común hacia la Tierra que nos cobija, desgraciadamente los hechos no van en esa dirección, aunque nunca debemos perder la esperanza. Un abrazo.
EliminarIgualmente Manolo, felices fiestas y precioso post. Un abrazo
ResponderEliminarHola Jerónimo, mis mejores deseos para ti y todos tus seres queridos. ¡¡A disfrutar del invierno extremeño!!.
EliminarUn abrazo.