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viernes, 4 de marzo de 2011

Grullas con aires de primavera


Esta mañana quede gratamente sorprendido, cuando pensaba que observaría en el mejor de los casos algún centenar de grullas, prácticamente esperando el “coche escoba” de la migración…¡nada menos que 800 se encontraban alimentándose en arrozales de Moheda Alta!.
Como en últimas ocasiones la mayoría de los individuos eran jóvenes de año, también muchos subadultos, entre ambos rangos de edad conformaban el 80%. Tampoco eran escasos los individuos con problemas físicos, básicamente tumores visibles en las tibias, aves amputadas de alguna pata o con problemas para alzar vuelo.
Se podría deducir en base a las pocas aves que quedaban hace apenas unos días, que a la mayoría les pillo la borrasca en pleno viaje, y que esperaran que se dulcifique algo el ambiente, sobre todo en el norte, donde están arreciando la nieve y las bajas temperaturas. En todo caso cifras muy altas para las fechas que nos encontramos.
Aún vivaquean por los arrozales 7 Tarros blancos ¡llevan por la zona más de 3 meses!, siendo especialmente entretenida la observación en los lodos fangeados de diferentes especies de limícolas: con presencia de un grupo de 25 Avocetas (aves que no son muy frecuentes en la zona ni en paso ni en invernada), Combatientes, bandos compactos y acompasados de Correlimos común, Archibebes claros y comunes, Agujas colinegras, Avefrías…

2 comentarios:

  1. Siguen allí. Incluso los siete tarros. Aunque mi tele no da para los limícolas, salvo las aguanieves, una de ellas atacando a la grulla que tiene cortada una pata... ¡qué difícil va a tener su regreso! Un joven, cojeando y siendo molestado por unas gaviotas espantadas por dos grullas adultas, serían sus padres. Estaban muy juntitas, las ochocientas o más (¡!) y sólo se separaron molestadas por un gran coche negro que no se que pintaba por allí.
    El resto de las casi siete cortas horas, que estuve, no fueron molestadas.
    Ya había hecho todos los ritos de despedida. Gracias a tí, he podido tener un epílogo inesperado, tan emocionante como precioso. Ójala la vida me permita devolverte un regalo tan valioso, como el que he tenido hoy gracias a tí.

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