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jueves, 22 de diciembre de 2011

La familia...¡y uno más!



Observar una grulla anillada es siempre gratificante, pero cuando la fortuna permite encontrarte con una familia de tibias completamente "coloreadas" ya se puede decir que es un golpe de fortuna. Así me ocurrió la semana pasada en unos arrozales próximos a la localidad de Acedera (Badajoz), se trataba de uno de esos grupos familiares solitarios que más o menos territoriales deambulan por este sector grullero. Los componentes de la familia con origen alemán eran dos adultos y un joven; los adultos ambos con combinación azul larga en pata izquierda y respectivamente Amarillo-Negro-Rojo y Rojo-Azul-Blanco en sus patas derechas, estaban acompañados por un jovencito de año con combinación Azul-Azul-Amarillo en pata izda. y Azul-Negro-Rojo en la derecha.

La pareja adulta que fue anillada ya como tal en mayo de 2007 en la zona de Brandenburg-Alemania, la observe en diciembre de ese mismo año prácticamente en el mismo lugar de esta última cita, ya encontrándose claramente emparejados, como seguramente ya lo estaban en el momento de su captura unos meses antes, y en aquel entonces sin descendencia.

Tres años después, José Antonio Román observa la pareja acompañada de un pollo igualmente anillado en la zona de Santa Amalia (Badajoz), que al igual que sus progenitores procedía de Brandenburg.

Este año nuevamente regresa la pareja a tierras de la Zona Centro extremeña y de nuevo acompañada de un pollo de año anillado. Todo un esfuerzo por parte de los anilladores alemanes capaces durante dos años seguidos de localizar, capturar y marcar la descendencia de estas grullas, y desde aquí quiero felicitarlos por su magnífica labor en el seguimiento de esta especie.

La foto que acompaña la entrada la hice desde bastante distancia y con bastante calima, tampoco quise acercarme para no enturbiar su tranquilidad… ¡ya bastante tienen con el “marcaje” tan estricto que les realizan en Alemania!.

sábado, 10 de diciembre de 2011

Fangueados: pitanza para unos y escasez para otros.



El fangueado de arrozales es una actividad agrícola que se produce tras la cosecha del cereal, tiene como objeto eliminar malas hierbas, dejar el terreno disgregado para la siguiente siembra y también para enriquecer el suelo con los rastrojos. Beneficia a algunas especies de aves, pues al remover aparecen infinidad de larvas, gusanos y otros pequeños animales de los que se alimentan, siendo un verdadero espectáculo ver cómo tras las aspas de los tractores que remueven el terreno aparecen toda una cohorte de especies aladas tras el mana surgido de tal labor, especies oportunistas como las Gaviotas reidoras y sombrías, las Garcillas bueyeras, Garcetas comunes, Garzas reales, abundantes Cigüeñas blancas acompañadas de Avefrías, Lavanderas blancas…,¡todo un espectáculo ornitológico, que merecería el mismo tratamiento que las grullas, tal vez con un Festival del fangueado o algo similar!.

Tras la labor de fangueo, en terrenos consistentes suele quedar una lamina de agua que en invierno con los aportes de lluvia y la escasa pérdida por evaporación permanece constante en el tiempo, convirtiéndose en un interesante hábitat para diferentes especies de aves, principalmente limícolas, son especialmente interesantes en la Zona Centro de Extremadura las grandes concentraciones de Aguja colinegra, grupos de Cigüeñuelas invernantes, las Avocetas, y diferentes especies de Correlimos, Archibebes o Andarríos.

Estas laminas de agua, en ocasiones de considerable tamaño también constituyen buenos dormideros para las Grullas en la Zona Centro, en algunos momentos de la invernada cuando empiezan a proliferar engloban la dormida de porcentajes elevadísimos de esta especie. Debemos recordar que se trata de una especie migratoria que cuida mucho la balanza energética y no es lo mismo trasladarse 20 o 30 kilómetros a la cola de un embalse que utilizar estos campos fangueados “a la vuelta de la esquina”.

De los diferentes recursos alimenticios que utilizan las Grullas en nuestra tierra, poco son los exentos de implicaciones económicas con aprovechamientos agro ganaderos, y precisamente uno de ellos, quizás el más importante, son los rastrojos de arroz. En el momento que se produce el fangueado, todo el grano sobrante de los rastrojos desaparece enterrado por las aspas del tractor, y en general esta actividad “pitanza para unos” representa una pérdida de recursos alimenticios para las grullas. También el Ánsar común sufre una merma importante de sus recursos por esta actividad, comprobando que fincas que aglutinaban miles de gansos y grullas en momentos previos, tras el fangueado quedan como verdaderos desiertos para estas especies…y por consiguiente una presión de estas sobre recursos menos inocuos, y un mayor rechazo por colectivos de agricultores y ganaderos.

¡Difícil encaje!, o como dice el refrán “nunca llueve a gusto de todos”; tal vez lo más práctico y puesto que tenemos alrededor de 30.000 hectáreas de arrozal es ponerse a trabajar y delimitar zonas con un orden establecido, fanguear menos donde contamos con mayores cantidades de grullas y gansos, y hacerlo en otras zonas donde es menor la presión grullera y tradicionales territorios de campeo para las limícolas. Todo ello combinado en porcentajes adecuados y quizá respaldado con la tan cacareada futura PAC-verde.

El fangueado es una labor importante para los arroceros, aunque también flexible en el espacio y el tiempo, tratándose de una herramienta fundamental para la conservación de especies invernantes en esta zona de Extremadura.

viernes, 11 de noviembre de 2011

Festival de las Grullas


III Festival de las Grullas, que se celebrará el 4 de diciembre en el Parque Periurbano de Conservación y Ocio "Dehesa de Moheda Alta", en Navalvillar de Pela (Badajoz)
Una gran oportunidad para conocer a estas maravillosas aves que pasan con nosotros el otoño y el invierno, así nos sumamos a distintas celebraciones que suceden en torno a estas aves en los paises europeos donde habitan alguna época del año, os espero allí, no falteis

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Presencia de una Grulla canadiense (Grus canadensis) en la Zona Centro de Extremadura


El pasado viernes día 4 de Noviembre observe dentro de un grupo de 10 Grullas comunes (Grus grus), un ejemplar adulto de Grulla canadiense (Grus canadensis), todas ellas se encontraban en actitud de reposo en unos rastrojos de regadío. La observación se realizo a escasos 200 metros de distancia en perfecta visibilidad y durante no menos de 5 minutos, en una finca dentro del término municipal de Don Benito (Badajoz).

El ave se caracterizaba por ser de un tamaño visiblemente menor que las comunes que tenia al lado (quizás 10-12 centímetros menor de altura), de un gris más pálido que estas, y como principal detalle fisiológico contaba con una viva mancha roja que ocupaba la frente y el píleo; el manto alar tenía manchas más oscuras ribeteándolo, característica invernal en el plumaje de esta especie. Pico oscuro y similar a la grulla común. Al levantar vuelo en compañía de las grullas comunes era igualmente verificable el menor tamaño respecto a estas.

En esta ocasión y por cuestiones climatológicas (algo de lluvia y bastante nublado) no portaba cámara de fotos; motivo por el cual presento una foto para que podáis distinguirla. En posteriores días recorrí como loco aquella zona, cargado hasta con la cámara de la abuela, pero no pudo ser, es posible que el ave se haya desplazado a otras zonas cercanas.

La Grulla canadiense vive en América del Norte, desde el ártico de Norteamérica hasta la isla de Cuba, con 6 subespecies, hace poco fue observado un posible ejemplar en el Embalse de la Sotonera (Huesca), mucho más grande que este, según las fotos, con dudas de posible hibridación o ejemplar con plumaje aberrante.

viernes, 7 de octubre de 2011

Grulla de Estonia en primeras llegadas



En vista de la observación de Grullas de ayer, tan temprana en el calendario, hoy decidí repetir la misma ruta, básicamente con la idea de buscar la presencia de más individuos que ayer me pudieran haber pasado desapercibidos o incluso que hubiesen aterrizado hoy.

Otra observación algo temprana en el calendario se presenta a mitad del trayecto, pues en los rastrojos de arroz se encuentran alimentándose 7 Ánsares comunes, también anticipados embajadores de los miles que nos visitaran en los meses próximos; nos entretenemos un buen tiempo en ellos, comentando cierto parecido físico con unas hembras de Avutarda que localizamos unos minutos antes. A poca distancia una nube acompasada de Gorriones morunos rasea, se posa, se vuelve a levantar…de unos arrozales en los cuales paradójicamente retumba periódicamente un cañón de carburo, que aparentemente no se muestra muy efectivo en su cometido.

Un trompeteo algo lejano, nos pone sobre aviso de por donde andan las Grullas, allí nos dirigimos lentamente, procurando y consiguiendo no molestarlas, al suponer que tras un viaje largo lo que más necesitan es tener tranquilidad.

Allí están, delante del telescopio, a unos 500 metros, en total son 24 de las cuales solo una de ellas es joven de año; comen sin descanso reponiendo fuerzas, algunas de ellas levantan cabeza en señal de vigilancia, pero la distancia con nosotros les resulta tranquilizadora; unos metros a la derecha otro bando de Cigüeñas blancas de similar número.

Distingo con el telescopio entre las patas de las Grullas un ejemplar anillado (se puede ver en una de las fotos presentes en la entrada), por la combinación de la tibia izquierda Blanco-Azul-Blanco se deduce que es de Estonia, paradójicamente uno de los países más lejanos cuyos controles se realizan en la zona; es de suponer que su procedencia tan norteña y tan temprana deriva precisamente de la llegada del mal tiempo y la escasez de alimentos en aquellas latitudes, lo cual las invita a abandonarlas con cierta premura, todo un record de movilidad migratoria.

jueves, 6 de octubre de 2011

Primeras llegadas, invernada 2011-2012



Abro esta entrada con la intención de que quien lo estime oportuno vaya aportando las diferentes primeras observaciones de Grullas en la presente temporada, e inicio la misma con la cita esta mañana de dos aves adultas en rastrojos de arroz cercanos a la localidad de Obando (pequeña pedanía perteneciente al término municipal de Navalvillar de Pela).

Llevo varios días saliendo de campeo con la intención de ver el interesantísimo paso migratorio de entre otras la Collalba gris, ¡hay que ver como se mueve esta especie al anochecer por los caminos rurales de zonas abiertas!.

El caso que este mediodía con alrededor de 30º de temperatura, lo que menos sospechaba de encontrar tras unas fructífera mañana de pajareo con citas de Avutarda, Cigüeña negra, Espátula, Garceta grande, y diferentes acuáticas y limícolas, eran las Grullas.

Ya por la zona comienzan a ser frecuentes los campos segados tanto de arroz como de maíz, tras las cosechadoras pululan una cohorte de aves en busca de su pitanza: Cigüeñas blancas, Garzas reales, Gaviotas reidoras y sombrías, Avefrías, Garcetas comunes y sobre todo muchas Garcillas bueyeras. En una de estas parcelas donde ya hace 3 o 4 días me sorprendió un volumen importante de estas especies, allí en un rincón como castigadas y mudas, veo una pareja de Grullas que previamente en días anteriores no había visto, la verdad es que sentí una enorme alegría de reencontrarlas nuevamente, como una embajada previa a lo que de habitual nos trae el invierno.

A través de Francia llevan pasando grullas desde la primera decena de Septiembre, parece ser que en el entorno de la Laguna de Gallocanta también tienen 2 Grullas (Laguna del Cañizar- comentario personal de José Miguel Pueyo) de reciente llegada; en todo caso y con la duda razonable de que pueda tratarse de aves veraneantes, en cuya situación también se trataría de una interesante cita de aves que completan el verano en nuestra tierra, ahí queda la observación adornada por unas fotillos envueltas en la calima veraniega que nos acompaña estos últimos días.

jueves, 29 de septiembre de 2011

AÑORANZA DE SISONES




Entre las especies de aves ligadas al sentir popular en el área de Orellana y por añadidura las cercanas comarcas de La Serena y las Vegas Altas, sin duda el Sisón común (Tetrax tetrax) ocupa un lugar importante; vulgarmente denominados “asisones” y conocidos por el paisanaje mayormente por su costumbre de defecar al levantar vuelo cuando se sienten amenazados, hace pocos años eran frecuentes en los alrededores de la localidad de Orellana la Vieja, también ocupaba muchos terrenos pseudo-esteparios de la Zona Centro que por la puesta en regadío del plan denominado con el mismo nombre fueron, y son aún en día los mayores damnificados por aquel plan faraónico.

Recorrer un corto tramo por la vía pecuaria que atraviesa la finca “Los Sevellares” dirección a la cercana localidad de Acedera, durante los meses primaverales desde Abril hasta finales de Mayo, deparaba el encuentro con las peculiares pequeñas avutardas en “faenas nupciales” con sus llamativos marcajes territoriales tanto visuales como acústicos por parte de los encorbatados machos, persecuciones entre ellos por la disputa de las hembras y los mejores territorios, así como el motivo final de tan complejas pautas: la elección de los machos por parte de las hembras…o quizás al revés, cosa que nunca pude definir con total claridad pues siempre veía y veo en los mismos territorios de cada temporada a los que seguramente son los mismos machos, y quizá a las mismas hembras.

Inmediatamente tras la reproducción tenían y aún en menor medida conservan la querencia de alimentarse en grupos más nutridos en los melonares de alrededor de Acedera, agrupaciones que antaño oscilaban entre los 50 y 100 ejemplares, siendo hoy en día raro ver más de 15 o 20.

Tan espectacular como el celo, pero diferente en su ciclo vital, es su gregarismo invernal; mis recuerdos más impactantes de aquellas congregaciones de sisones se remontan a finales de los años 80, hace ya la friolera de un cuarto de siglo, cuando durante el invierno y en los llanos que conforman el territorio entre los embalses de Orellana y Zújar, se podía asistir a verdaderas oleadas de sisones que literalmente tapaban siembras y rastrojos, en palabras de los labriegos y pastores cuando alzaban vuelo “cubrían el cielo”. Por aquel entonces particularmente ni se pasaba por mi cabeza cuantificar aquellos grandes bandos en los cuales tampoco era difícil descubrir mezclados algunos Chorlitos dorados (Pluvialis apricaria) y Gangas (Pterocles alchata). Guardaba dos viejas fotos de escasa calidad, que adornan esta entrada y que nos pueden dar una idea de cómo era aquel espectáculo, probablemente irrepetible dado el camino tan enrevesado que atraviesan los hábitats esteparios y el sisón, acompañados por casi todo el plantel de aves esteparias, que por sí solas cubren un porcentaje importante de las consideradas como “sensibles a la alteración de su hábitat” en el Catálogo Regional de Especies Amenazadas de Extremadura.

A finales de los noventa y principios del nuevo siglo, vuelvo a observar grandes concentraciones de sisón al amparo de rastrojos de regadío y cultivos de secano en la zona de Madrigalejo, Navalvillar de Pela y Acedera, el corazón de la Zona Centro, con grupos que en ocasiones se acercaban a los 3.000 ejemplares, pero que siempre me parecieron “no llegaban ni a la mitad” a los de la década anterior. En el momento presente aún siguen observándose sisones por estas zonas, pero raramente en agrupaciones que superen los 200 o 300, habiendo ya prácticamente desaparecido como reproductores. Al sur del Embalse de Orellana también han disminuido estas aves, aún cuando el hábitat sigue siendo similar, controles en estaciones de observación y escucha dan como resultado una disminución importante de la especie, que por cierto se acentúa notablemente las primaveras secas por falta de cubierta vegetal, que les resulta necesaria para mimetizarse protegiéndose de potenciales predadores, sin olvidar que también representan mayores recursos alimenticios.

La solución para el sisón y el resto de esteparias, siempre tan traída y llevada en los últimos años pasa por la conservación de su hábitat y el uso sostenible del mismo, a través de los aprovechamientos tradicionales, algo tan difícil en los tiempos que corren donde lo único que importa es cambiar todo de lugar o dicho de otro modo, no dejar nada quieto; como decía un político local “que importancia puede tener un pedregal con 4 cogutas y 2 aguiluchos?”, y el tío se quedo tan pancho, “carajo, es lo que tenemos en la tierra, si quieres importamos 4 jirafas y 2 leones para darle valor ambiental”, le contesto su interlocutor con sorna.

viernes, 4 de marzo de 2011

Grullas con aires de primavera


Esta mañana quede gratamente sorprendido, cuando pensaba que observaría en el mejor de los casos algún centenar de grullas, prácticamente esperando el “coche escoba” de la migración…¡nada menos que 800 se encontraban alimentándose en arrozales de Moheda Alta!.
Como en últimas ocasiones la mayoría de los individuos eran jóvenes de año, también muchos subadultos, entre ambos rangos de edad conformaban el 80%. Tampoco eran escasos los individuos con problemas físicos, básicamente tumores visibles en las tibias, aves amputadas de alguna pata o con problemas para alzar vuelo.
Se podría deducir en base a las pocas aves que quedaban hace apenas unos días, que a la mayoría les pillo la borrasca en pleno viaje, y que esperaran que se dulcifique algo el ambiente, sobre todo en el norte, donde están arreciando la nieve y las bajas temperaturas. En todo caso cifras muy altas para las fechas que nos encontramos.
Aún vivaquean por los arrozales 7 Tarros blancos ¡llevan por la zona más de 3 meses!, siendo especialmente entretenida la observación en los lodos fangeados de diferentes especies de limícolas: con presencia de un grupo de 25 Avocetas (aves que no son muy frecuentes en la zona ni en paso ni en invernada), Combatientes, bandos compactos y acompasados de Correlimos común, Archibebes claros y comunes, Agujas colinegras, Avefrías…

sábado, 26 de febrero de 2011

Residuos de la invernada


El pasado jueves, 24 de febrero, volví a asistir a otro importante paso migratorio verificado desde Moheda Alta, entre las 11h-13h sobrevolaron la zona unas 2.000 aves claramente en dirección noreste. El vuelo era bajo, se veía claramente que estaban solidificando sus formaciones para posteriormente tomar altura y definir claramente su ruta. Tras dar unas vueltas por las localidades cercanas, pude comprobar que la mayoría de los vuelos levantaban precisamente del entorno de Vegas Altas-Obando, lo que me hizo imaginar que por las otras “autopistas grulleriles” el paso tuvo que ser muy denso igualmente, y que en territorios maños disfrutarían los siguientes días de la visita de las grullas que pasaron el invierno entre nosotros y verificar que tan escasa fue la invernada en Extremadura…
En Moheda Alta aún se alimentaban 130 grullas, con un porcentaje muy alto de jóvenes de año, que asistían sin inmutarse al constante paso de bandos en el cielo que parecían invitarles con su griterío a agarrarse a su cola para seguirlas.
Los bandos que pude observar tanto ese día como en los inmediatos anteriores estaban conformados en un alto porcentaje por los jóvenes emancipados a lo largo del ultimo mes, aproximadamente el 35%. Obviamente es el cuento de la lechera, pero estos últimos días al menos se duplica el porcentaje de jóvenes de año respecto del total de aves, que suele estar en la orquilla del 15-20% el resto de la invernada; también ese día observe algún joven de año con el plumaje extraordinariamente castaño para las fechas, probablemente procedente de alguna latitud muy norteña, este individuo estaba muy tranquilo acompañado de sus padres en un arrozal ya sin congéneres, seguramente se independizara a lo largo de la ruta, quien sabe si en Francia, Alemania…, sin prisas.
Las últimas semanas era todo un espectáculo ver las grullas saltando, bailando, picoteándose, en unas pautas nupciales constantes que presagiaban la inminente migración masiva que efectivamente se produjo a continuación.
En uno de esos campos donde los últimos cuatro meses, las grullas parecía que lo llenaban todo, con sus vuelos, sus gritos…su presencia, me encontré la pluma que aparece en la imagen y que da pie al titulo de la entrada. Es lo que nos va quedando, poco menos que los residuos de lo que pasó y vivió entre nosotros durante tanto tiempo y que siguiendo el refrán tan popular de que “uno no es de donde nace sino de donde pace…”, debemos considerar parte de nuestra Extremadura y defenderlo como tal. Ensimismado en la pluma, el viento la arrastro unos metros del lugar, como confirmándome que todo llega y todo pasa, como decía Gustavo Adolfo Becquer: “Volverán las oscuras golondrinas…”, añadiéndole yo a continuación “y se irán las grises grullas”.
Por cierto, aún permanecían en los arrozales de Moheda Alta, 7 Tarros blancos, y la interesante presencia de Avocetas, Combatientes, alguna Cigüeña negra, Aguilucho pálido, es lo que tiene, saliendo al campo siempre veremos cosas interesantes.

domingo, 20 de febrero de 2011

Autopistas en el cielo


El pasado viernes asistí a uno de esos espectáculos que nos brinda la naturaleza una vez al año y que son dignos de ver: un paso migratorio de varios miles de grullas, que aprovechaban la mañana soleada para retomando una imaginaria autopista que recorría la Zona Centro a través de los alrededores del río Ruecas, se adentraba en las Villuercas para desde allí, dirigirse hacia su habitual ruta noreste.
Otras agrupaciones venían de áreas situadas más al sur, entre estos grupos no eran raros los formados por Ánsares comunes, aunque estos volaban bastante más alto con la dirección bien definida, y sin los movimientos algo erráticos y nerviosos de las grullas.
La confluencia de las grullas viene a ser la misma, y sin duda el lugar de parada elegido (Gallocanta, Sotonera o el sur de Francia) ese mismo anochecer o a la mañana siguiente traerá consigo un incremento sustancial en su número de aves.
Era hermoso ver como llegaban los bandos desde aproximadamente las 10 de la mañana, en agrupaciones todas ellas relativamente nutridas (entre 100 y 300 aves), con escasos márgenes de tiempo entre los diferentes grupos. Su trompeteo era si cabe más sonoro y constante que suele ser habitual, anunciando a las aves que aún permanecían en el suelo, que ya llego la hora del regreso.
A partir de las 13-14h, el flujo de aves comenzó a disminuir, y algunos grupos en vez de continuar con la ruta, bajaban y se reunían con las grullas que tranquilamente se alimentaban en los rastrojos de arroz, quizá con idea de descansar, comer algo y continuar con su ruta algún día después.
Estos acontecimientos tienen lugar en los últimos años alrededor del día 20 de febrero, en función de las condiciones climatológicas, en años previos e visto pasos de este tipo anteriores al 15 de febrero, cierto que desde finales de enero existe ya paso migratorio, pero suele ser bastante menos pronunciado, casi imperceptible sino fuera porque comienzan a aparecer nuevas grullas marcadas que no se habían visto previamente.
Mañanas soleadas con el paso tan abundante y constante, indican que en una semana si el tiempo no lo impide, quedaran poco más o menos que residuos de lo que fue la invernada, pocas remolonas aguantaran hasta primeros de marzo.
El paso migratorio postnupcial es mucho menos visible y las aves arriban de manera más anárquica, extendiéndose como una mancha de aceite con el transcurrir de los días y semanas entre octubre y noviembre.
Comentaba con mi amigo Ángel que me acompañaba en ese momento, al hilo de la marcha de las grullas, el gran vacío que dejan en los campos de la Zona Centro, donde resultan ser un elemento vital tan habitual, sobre todo para los que tenemos la fortuna de convivir con ellas.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Números....números...números....


Tenemos nuevos comensales en Moheda Alta, nada menos que entre 6.000 y 7.000 Ánades rabudos se alimentan en los arrozales que se observan desde la “Atalaya prodigiosa”. Llevan allí desde primeros de febrero y son todo un espectáculo añadido a las más de 3.000 grullas que aún a mediados de mes permanecen ligadas al lugar…una ultima oportunidad la presente invernada para darnos un festín de telescopio y prismáticos con ellas, probablemente el próximo fin de semana marque la fase principal del nuevo periplo migratorio prenupcial de las grullas, una vez que pase o se suavice la borrasca que nos visita.
Normalmente cuando hablamos de grullas, uno de los temas más recurrentes es especular sobre si este año hay más o menos que en otros precedentes, y cargar culpas contra esto o aquello achacando motivaciones para que estos aumentos o disminuciones se produzcan. En boca de un agricultor o ganadero de la Zona Centro, cada año hay más grullas…¡¡¡todas las grullas del mundo están en sus tierras!!!. En boca de algunas personas del movimiento conservacionista, parece que nos estamos dejando quitar las grullas por los franceses o los maños y pronto dejaremos de ser su principal cuartel de invernada.
Considero que ni unos extremos ni otros son ciertos, tengo a las grullas como aves muy flexibles y adaptables, y sospecho que el invierno suave que tenemos puede ser el culpable de una posible disminución en su número. Las aves dependen mucho de la ecuación gasto energético y aporte alimenticio, y en parecidas condiciones climatologicas, de alimento y tranquilidad, se quedaran en las zonas más próximas a sus núcleos de reproducción, así ocurrió en la invernada 2.006-2.007.
Y que conste que en la Zona Centro, la presente invernada, el número de grullas ha sido similar al de años anteriores, entre 35.000 y 40.000, otra cosa puede ser que no las veamos en los mismos sitios que esos años anteriores por diferentes motivos: exceso de arrozales fangeados por las abundantes lluvias, escasez de bellotas y aumento de molestias en algunos encinares por su eterna lucha en pos de la cada vez más escasa montanera, aumento de cultivos intensivos (olivar y tomates), lo más seguro por un cúmulo de todos ellos. Quizás se ha producido una descentralización ¿temporal? del principal comedero grullero en el entorno de la carretera entre Obando y Guadalupe, pero solo hay que dar una vuelta por zonas más norteñas (incluso hasta cerca de Logrosán, donde no se conocían las grullas), por el este (donde cada vez avanzan más, Torrefresneda, Yelbes, Santa Amalia…¡¡¡llegaran pronto a las inmediaciones de Mérida!!!), o algunos sectores del sur.
Por lo que si debemos temer es por el uso tradicional del recurso bellotas, a lo que no es ajeno el estado lamentable de nuestras dehesas, por enfermedades, podas abusivas, falta de regeneración, transformación en regadíos intensivos. Bien hacia Adenex en ligar los términos encinar y grullas en la conservación de ambos, porque eso es lo que nos diferencia de las zonas de invernada del resto de Europa.
Otro factor que habría que subsanar es la falta de refugios para las grullas en los días de caza, es penoso ver como esas jornadas estas aves apenas pueden poner un pie en el suelo por el ejercito de escopetas y perros que no dejan un centímetro sin husmear, y en eso si nos sacan ventaja tanto franceses como maños.
Como diría un hipotético presidenciable del mundo de las grullas, ¡más bellotas y menos molestias!, para garantizar ese primer puesto en el ranking grulleril.
Y siguiendo con números, estos de los que mueven el mundo, a nivel económico…decir que tampoco me encuentro cómodo en la postura que liga la presencia de tan especiales aves, a la llegada masiva de caravanas de turistas ornitológicos, para mi perdería ese encanto especial de ver pasar las grullas en la soledad invernal, si cada vez que saliese al campo estuviese rodeado de turistas, dándome de codazos para buscar un hueco por donde verlas…vamos, tanto como la diferencia entre disfrutar en una playa desierta o Benidorm en agosto, aunque sobre gustos no hay nada escrito y probablemente alguien me tachara de egoísta, a fin de cuentas es exclusivamente mi opinión al respecto.
Las grullas tienen el suficiente valor por si mismas para conservarlas, para disfrute de algunos ahora,-otros, mientras no se paguen religiosamente los daños que causan a sus recursos, o se liguen las subvenciones que reciben a su protección, siempre van a ver en ellas un enemigo-, y las generaciones que nos precedan en este cada vez más mermado mundo natural.

jueves, 3 de febrero de 2011

Atalaya privilegiada


Desde hace varios meses, visito con mucha frecuencia el inmediato entorno del Parque Periurbano de Moheda Alta en el término municipal de Navalvillar de Pela (Badajoz). Debo confesar que desde el momento que la seca de las encinas, creo allí un espacio fantasmagórico de troncos de encinas muertas, este lugar dejo de tener aquella atracción de antaño, cuando era una preciosa y solitaria dehesa repleta de vida.
Sin embargo, existe dentro de dicha finca un observatorio privilegiado para la observación de aves:…”El Majadal”, situado en el fondo noreste de la finca, con una vista excepcional de vastos campos de arroz, que en esta época combinan parcelas fangeadas creando laminas de agua de notable tamaño, y otras con arrozales sin segar, además de rastrojos, conformando un ambiente espectacular para multitud de especies interesantes para los aficionados a la observación y fotografía de naturaleza, especialmente aves.
El espectáculo que depara este lugar, no tiene nada que envidiar al de otros lugares de gran renombre en el panorama ornitológico europeo. Ayer martes, dentro de la lamina de agua de los arroces fangeados, se situaban la nada desdeñable cifra de 29 Tarros blancos, probablemente la mayor concentración de esta especie en Extremadura de los últimos años, desde finales de noviembre pasado venia observando ejemplares de dicha especie en ese lugar, al principio 12, y posteriormente a temporadas dejaban de verse para trasladarse a los arrozales algo más al norte. Claro que ya sabemos el asociacionismo que existe entre las distintas especies de gansos, y la notable población de Ánsar común que ha vivaqueado en el lugar (en diciembre cifras superiores a los 8.000 individuos), suele reportar estas sorpresas, la Barnacla cariblanca también ha estado presente a lo largo del mes de diciembre, entre 2-5 ejemplares.
Otra especie que e observado en los arrozales es el Morito común, con cifras entre los 2-3 ejemplares, estos si, desaparecieron del lugar cuando se procedió al fangeado de la mayoría de las parcelas, al igual que las Cigüeñas negras, de las cuales en noviembre vivaqueaban al menos 3 individuos.
Las concentraciones de grullas tanto alimentándose, como en el dormidero (que ambas cosas pueden hacer en el lugar), se han situado entre los 2.000-5.000 individuos, de forma muy regular a lo largo de todo el invierno, y espero que ahora con el paso migratorio, se incrementen, al menos por unos días. Si a todo esto añadimos la presencia de algún ejemplar de Búho campestre, Garceta grande, Aguilucho pálido además de muchos laguneros, y algunos grupos de Sisón común en el rastrojo de maíz anejo, algunas especies de limícolas, las típicas de dehesa y las habituales de zonas húmedas…la excursión puede dar un resultado fascinante. Casi todo ello sin moverse de la atalaya que es el mirador “El majadal”, lastima lo único que le falta, es que estuviera adaptado…¡¡¡pero todo no puede se perfecto!!!.

domingo, 30 de enero de 2011

Una grulla longeva


¡¡¡Feliz año nuevo a tod@s!!!, y disculpad el retraso en la felicitación, ya se que después de la primera semana del año, incluso suena hasta mal incidir en el tema…en todo caso, y después de mi hibernación durante una temporada perdido en esas dehesas y campos extremeños, no podía por menos que iniciar este escrito de esa manera.
La grulla que tenemos en la imagen, la pude observar hace pocos días, la ultima vez que la vi previamente fue en Enero-2009…exactamente a unos 200 metros de donde la fotografié en aquella ocasión. Al igual que hace 2 años, estaba acompañada por su pareja y sin prole.
La combinación de anillas de esta grulla es una pequeña metálica en la tibia izquierda y una mezcla de colores desteñidos en la pata derecha, fruto de los muchos años que lleva portándolos, negro y amarillo seguros, más un color desgastado en el aro de abajo probablemente en sus inicios azul o verde. Cuando la conocí en 2003 ya era imposible averiguar su combinación real.
Lo importante de esta grulla son sus orígenes, por el juego de anillas que porta, se trata de una de las primeras aves anilladas con combinación de colores en Europa, haya por el año 1.988. Jóvenes capturados en la ruta migratoria, concretamente en la laguna de Gallocanta, y que por consiguiente ya superaron la edad de…22 AÑITOS. Todo un record de longevidad en el mundo de las aves, sobre todo en aves tan viajeras, más aún en los malos tiempos que corren para la vida salvaje.
Cuantos cambios habrá visto en los campos que visita aquí en Extremadura, cuantas encinas ya muertas y sobre todo eliminadas por la mano del hombre en su recuerdo, cuantos cambios en la vieja Europa, el avance imparable de la sociedad humana en detrimento de la naturaleza.
En fin, no quiero ponerme muy melancólico, que luego se me va el santo al cielo, como se dice vulgarmente. Probablemente se trata de una de las grullas anilladas más viejas de Europa, teniendo en cuenta que la vida útil de estas anillas era de unos 10 años, actualmente las que colocan de tipo hexagonal prevén una duración mucho más larga, prácticamente para toda la vida de sus portadores.
La longevidad para las grullas en la naturaleza baraja hipótesis de unos 30 años de vida, no hay datos reales derivados aún de observaciones en el campo con lo cual tendremos que esperar unos añitos para ver si esta grulla mantiene sus anillas, o algunos añitos más para ver el resultado con los nuevos modelos.
Por encima de todo, hoy quiero homenajear unas aves tan magnificas, con un comportamiento apasionante, deseándolas a ellas también un Feliz 2.011, pidiendo en su nombre, un cambio de mentalidad en multitud de personas que conviven con ellas y que no ven en las grullas sino un enemigo y una barrera a sus ambiciones. ¡¡¡Saludos y hasta pronto!!!.